Los que pertenecemos a generaciones que van al menos de la mitad del siglo XX hasta el final del mismo, no siempre estuvimos acompañados a la hora de los juegos. Y la enseñanza lúdica, que ha alcanzado su máximo desarrollo en este siglo XXI, resulta algo nueva o distinta a lo que podemos conocer. Por ello y más, vamos a aprender a usar juegos educativos para niños y hacernos así copartícipes de su aprendizaje constructivista.
Motivaciones para aprender a usar juegos educativos para niños
Estos juegos van más allá de la sentencia que reza: “mientras menos haga el juguete, más imaginará el niño”, porque éstos juegos educacionales están diseñados para aprender incluso cuando el niño les use libremente.
Que los niños aprendan el por qué, el cuándo, el cómo, el dónde de las cosas, los lugares, las personas, las figuras geométricas; el valor de los números, las letras, de la historia y de las personas, animales o cosas; que tengan la oportunidad de inventar su mundo y aumentar su capacidad de aportar en pro de todos, son más de un motivo sólido para que tanto ellos como nosotros nos avoquemos a aprender a usar juegos educativos para niños.
¿Qué debe aportar el niño?
De manera natural, al niño le fastidian los juguetes pasados un rato. Pero cuando éstos amplían el abanico de posibilidades, como el caso de la caja de Luz niños que es una herramienta de aprendizaje multifuncional, que se va acrecentando con las actividades e imaginación del propio infante, el riesgo del aburrimiento pasa a un segundo plano.
El niño ha de aportar su propia búsqueda del aprendizaje y que las respuestas que consiga, además de satisfacerles, correspondan con la realidad –incluso, vista o explicada a su manera- ya que la vida le permitirá equiparar conceptos y en vez de quitarle méritos, le enseñará a crecer y documentarse apropiadamente.
Sea cual sea su capacidad cognitiva, la posibilidad y necesidad de aprender mucho de la vida es posible. Para eso, sólo deben aprender a usar juegos educativos para niños adecuados a sus necesidades, exigencias y que además les brinden retos con ellos mismos, que al ir superando, les demostrarán que según la forma y método que apliquen, siempre podrán alcanzar sus objetivos.
Y esto, además de reforzar su saber y habilidades, aumenta su autoestima y ansias de saber y aportar.
Los adultos también debemos aprender a usar juegos educativos para niños
No es solamente imaginar y seguirles la corriente a los niños como quien juega a las muñecas, los carritos o a la fiesta de té.
Los adultos también deben aprender a usar juegos educativos para niños y cómo se fomenta la capacidad mental y práctica con los mismos; así, de dichas particularidades del mismo, sabrán canalizar, preguntar o pedirán exponer sus hijos el qué sintieron, qué aprendieron y cómo creen que sería mejor tal o cual juego.
Cuando un adulto aprende el valor de un juego, tal cual lo hacen los docentes de aula, ayudan al niño a obtener resultados incluso de aquello que les es naturalmente divertido.
Si el niño aprende a aprender sin una presión excesiva, asume de manera más pronta el conocimiento, le dura más y lo sabe llevar a la práctica de manera más espontánea.
Es de esta forma como lo lúdico brinda refuerzos silentes al aprendizaje guiado, supervisado y propio de cada niño.
La forma de aprender es:
- Haciendo y deshaciendo cuantas veces sea.
- La improvisación y luego, cuantificar resultados.
- Siguiendo instrucciones y luego, flexibilizarlas.
- Fomentar la observación.
- Aprender a usar juegos educativos para niños en conjunto a ellos, partiendo ambos de cero, sabiéndose corregir y aumentar a cada paso hasta completar dicha herramienta lúdica.
- Luego de finalizar, volver a empezar.